C o n g o

 

Octubre 2011

“Ryangombe, cuyo nombre significa “el que come bueyes”, es el espíritu más fuerte y peligroso de los 8 que habitan en los volcanes de la región. Ryangombe es valiente, aunque irascible y agresivo. En el principio de los tiempos cuando solo habitaban espíritus en la tierra, su lucha primitiva por el poder era su único cometido. Un día Ryangombe llevó a su rival Nyiragongo a la boca del volcán y sepulto a su adversario bajo las rocas después de haber cortado con su espada la cima y haberlo encerrado dentro. Tras la victoria, Ryangombe se fue a descansar en paz a otro de los volcanes, hoy en día inactivo. Pero muy cerca, aun se puede oír a Nyiragongo, de vez en cuando ruge, su furia hace que las rocas se calienten y salgan a la superficie en forma de lava, y es que aun está intentado salir.”
El Nyiragongo es uno de los ocho volcanes de la región de Virunga, en la misma frontera con Rwanda, Uganda y Congo, en la parte oeste del gran valle del Rift.
De ellos, sólo dos, el Nyiragongo y el Nyiamurgira, están todavía activos.
Los habitantes de Goma temen y respetan al furioso Nyiragongo; les ha destrozado sus casas varias veces, la ultima en el 2002. La gran lengua de lava que destruyo gran parte de la ciudad forma parte del decorado urbanístico ahora. Las gentes que vieron como en su día sus casas de derretían a su paso han vuelto a construirlas en el mismo sitio utilizando la lava como cimiento. Piensan que un desastre así es imposible de evitar así que intentan convivir con él.
Los furiosos espíritus no solo habitan en las montañas que rodean la ciudad. Goma ha sido un continuo desastre tanto geográfico como humanitario a lo largo de la historia. Parece que de una manera o de otra esté a punto de explotar en cualquier momento. Allí huyo gran parte de la población de Rwanda ante el genocidio, también parte de la población de Uganda por problemas internos, y ha sufrido varias de las guerras civiles del este del Congo. El último ingrediente añadido a esta bomba de relojería parece que sea el impresionante sentamiento de las Naciones Unidas en la ciudad. Así que cuando uno la visita puede respirar la tensión de la desconfianza de sus habitantes.
Quien quiera oír la rebelión del cautivo Nyiragongo puede visitarlo. Es más, si quieres visitarlo tienes que dormir con él. Se tardan de 5 a 6 horas en subir a su cima, a unos 3500 m de altitud. Oscurece a las 6 de la tarde y a las 8 el frio es extremo, el calor del volcán queda muy lejos, ya que el cráter se hunde a unos 400 m. Hay unas incomodas cabañas en las que se puede dormir en cama, pero uno no está todos los días tan cerca de un volcán activo así que la emoción, el frío y el continuo y poco rítmico ruido que hace no le dejan a uno dormir. Sentir los temblores de la tierra y estar pensando todo el tiempo que igual el día que vuelve a explotar es el mismo en el que tu estas disfrutando de esa experiencia es un poco inquitietante, pero único. Y poder ver y fotografiar a esa lava roja en ebullición en la oscuridad es realmente un privilegio.